Bajo el rótulo de “Nuevo Ateísmo”
(New Atheism) se agrupan a una serie de autores contemporáneos, cuyos
libros, aun sin aportar argumentos muy novedosos a la discusión sobre la existencia de
Dios, han logrado una considerable difusión. El movimiento al que han dado
lugar estos libros puede interpretarse como una respuesta a la reciente radicalización
del Islam, y al crecimiento de los grupos de cristianos fundamentalistas en
EEUU.
El
espejismo de Dios (Richard Dawkins)
Tal vez el más famoso del grupo,
Dawkins es un biólogo evolucionista que apoya en la ciencia, y en su entusiasmo
darwinista, sus críticas a la religión. Rechaza, rutinariamente, los consabidos
argumentos a favor de la existencia de Dios, y se enfoca, por motivos
comprensibles, en el argumento teleológico. Para Dawkins, la existencia de Dios
debe ser tomada como una hipótesis científica, y probada o refutada en
consecuencia. Si hasta 1859 era sensato sostener la existencia de un diseñador,
con el darwinismo disponemos de una explicación mucho más simple y convincente
de la complejidad de los organismos. El argumento central de Dawkins
(manifestado en su “Gambito del Boeing 747) que Dios resulta más complejo que
los problemas que su existencia presuntamente resuelve. La existencia de un ser
omnipotente, sciente, benevolente, parecería, a priori, más improbable que
cualquier explicación naturalista de un determinado fenómeno.
Dios
no es bueno (Christopher Hitchens)
De estos tres libros es el que más
destaca por sus virtudes estilísticas. Hitchens es, como de inmediato queda en
evidencia, un polemista profesional. La existencia de Dios no es un tema que lo
preocupe demasiado discutir. Su libro está escrito como una crítica a las
religiones y sus consecuencias nefastas en la historia humana. Dado que
Hitchens analiza una gran variedad de creencias, sus orígenes, postulados y
devenir histórico, el libro puede resultar muy útil para quienes aún no hayan
observado su propia religión desde una perspectiva externa. (Me propongo, en el
futuro, un comentario más detallado del capítulo 16: “¿Es la religión abuso
infantil?”).
El
fin de la fe (Sam Harris)
Este libro, como explica su autor,
nace de una preocupación concreta por el avance del terrorismo: “Los hombres que cometieron las atrocidades del 11 de septiembre no
eran «cobardes» como se insiste repetidamente en la prensa occidental, ni eran
unos lunáticos en el sentido corriente del término. Eran hombres de fe —y de
una fe perfecta— y hay que
admitir que eso es terrible.” Dentro de unos años, argumenta Harris, incluso un
pequeño grupo de fanáticos dispondrá del poder tecnológico suficiente para
destruir buena parte del planeta. Ante este panorama, la crítica a la fe es una
necesidad: básicamente, una cuestión de supervivencia. Harris asegura que la
guerra contra el terrorismo es en realidad una “guerra contra el Islam”, una
religión por naturaleza fundamentalista y contraria a los valores de Occidente.
En el capítulo 4, elabora una justificación de las acciones de EEUU e Israel en
Medio Oriente, incluyendo la invasión de 2003 a Irak. El Islam, para Harris, no
es la manifestación de una ética distinta, sino de una falta de ética: los
hombres musulmanes literalmente aman
menos a sus mujeres que los occidentales. En el mismo capítulo en que hace
esta afirmación, Harris incluye una apología de la tortura que se ha vuelto
célebre. También, aunque con menos sentido de la urgencia, pero para ser
justos, dirige algunas críticas a las inclinaciones teocráticas de los
estadounidenses. En el último
capítulo, que le ha granjeado ciertas acusaciones de “New Age”, estudia la
posibilidad de un misticismo (entendido como “forma de liberar la consciencia”)
de carácter racional. Considera que éste, “para ser viable,
requiere instrucciones explícitas que
no pueden contener más ambigüedad o artificio en su exposición de la que
encontraríamos en un manual de podadoras de césped. Algunas tradiciones lo
comprendieron hace mil años; otras, no.”
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