viernes, 12 de septiembre de 2014

El trilema de Lewis

El argumento

Lewis propone tres interpretaciones sobre Jesús y su ministerio. O bien Jesús era quien decía ser (Dios, o el Hijo de Dios), o bien no lo era. En este segundo caso, o bien Jesús era consciente de que estaba mintiendo, o bien estaba convencido de lo que decía y estaba loco. Las opciones, excluyentes, son por lo tanto: Mentiroso, Lunático o Señor (o en inglés, con una gratuita aliteración: Liar, Lunatic, Lord). Lewis señala que incluso quienes no creen en la divinidad de Jesús están dispuestos a aceptar que era “un gran maestro moral”. Pero esta visión es inconsistente, ya que alguien que dijera las cosas que Jesús decía (por ejemplo, que era capaz de perdonar los pecados, que existía antes que Abraham, etc.) sin ser verdaderamente Dios sólo podía ser un loco. Sin embargo, en contradicción con tales afirmaciones megalómanas, el carácter de Jesús nos parece sincero y humilde. Para Lewis, finalmente, resulta obvio que Jesús no era ni un lunático ni un mentiroso, y sólo la última opción, por inverosímil que parezca, puede resultar cierta. Nos insta, entonces: “Escarnécele como a un insensato, escúpelo y mátalo como a un demonio; o cae a sus pies y proclámalo como Señor y Dios”

Esquema del argumento (clic para ver la fuente)


Las objeciones

1- El primer punto débil del argumento es su dependencia del texto bíblico. Para que el trilema funcione, debemos presuponer que (a) Dios existe; (b) la Biblia es la palabra de Dios. Incluso si, a partir del argumento moral, dedujéramos que (a) es cierto, no habría motivos para suponer (b). Lewis debería demostrar, y no lo hace, la integridad del texto bíblico, dando cuenta de sus muchas y flagrantes contradicciones. Por ejemplo, los cuatro evangelios a menudo nos presentan versiones irreconciliables de distintos sucesos en la vida de Jesús. En tanto estas divergencias no puedan ser explicadas, debemos elegir la opción más sencilla: que las incoherencias de la Biblia se deben a que fue escrita por seres humanos, y como tal es falible y ha estado expuesta a múltiples modificaciones a lo largo de los siglos.

2- Incluso si el texto bíblico fuera completamente confiable, no podríamos saber si Jesús creía de verdad ser Dios. En ningún lugar del Nuevo Testamento lo afirma explícitamente, aunque haya pasajes en que parece sugerirlo (y que tienden a interpretarse a partir de una teología posterior, inimaginable en la época de la redacción de los evangelios, y menos aún en vida de Jesús).

3- ¿De verdad existen nada más que tres opciones? Evidentemente puede haber muchas más. Jesús podría haber estado simplemente equivocado, podría, por ejemplo, haber malinterpretado una experiencia mística privada como un signo de que él era Dios (sin por ello ser mentiroso, ni loco, ni, finalmente, Dios). O podría haber declarado ser “Dios” en el mismo sentido que lo haría un panteísta: según esa cosmovisión, todo y todos somos parte de Dios.


4- Incluso las restantes opciones son posibles, si hemos de juzgarlas a partir del texto bíblico. Lewis afirma que no podemos sostener que Jesús fue un lunático y, al mismo tiempo, un gran maestro moral. Pero si aceptamos que sus afirmaciones sobre la moral son verdaderas, podríamos aceptarlas incluso en abstracto; es decir, incluso sin saber quién las dijo. El hecho de que Jesús fuera un loco o un mentiroso no desmerecería tales afirmaciones (esto sería una falacia ad hominem). Tampoco nos serviría, de tenerla, la íntima convicción de que Jesús decía la verdad, pues nos llevaría a un razonamiento circular. La navaja de Ockham, en este caso, favorece cualquier opción salvo la que finalmente elige Lewis. Incluso el autor asume su carácter extraño y misterioso. Son más los problemas derivados de la presunta divinidad de Jesús que los que ésta nos permite resolver. En dos mil años, de hecho, los teólogos no han podido ponerse de acuerdo en torno a la auténtica naturaleza de Cristo, el carácter de sus enseñanzas, y el significado de su ministerio. Derivado de esto último, es al extremo inverosímil que un Dios perfecto haya ejecutado un plan tan imperfecto: una revelación tan sesgada, tan ambigua y abierta a tantas interpretaciones, cuando de ella, supuestamente, depende el destino de la humanidad.

(Por último: “Escarnécele como a un insensato, escúpelo y mátalo como a un demonio; o cae a sus pies y proclámalo como Señor y Dios”. La frase de Lewis es un vil chantaje. ¿Acaso todos los que no estamos dispuestos a “caer a sus pies” estamos obligados a ser malas personas? ¿Acaso la única manera de tratar con un loco o un insensato es matarlo? Me rehúso, como no creyente, a aceptar esta falsa dicotomía.) 


6 comentarios:

  1. ...Dice el necio en su corazon Dios no existe

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  2. 3- ¿De verdad existen nada más que tres opciones? Evidentemente puede haber muchas más. Jesús podría haber estado simplemente equivocado...

    (AMIGO ESTO QUE DECÍS CORRESPONDERÍA A LA CATEGORÍA "LUNATICO" CON TODO RESPETO SOSPECHO QUE NO HAS SABIDO INTERPRETAR EL GRÁFICO) No leí lo que resta de tu discurso ya que me basta para descartarlo porque en un error de interpretación tan elemental es más que probable que existan muchas incoherencias en lo restante. Personalmente creo que Jesús es el hijo de DIOS (es decir DIOS humanado) que es el salvador prometido en el A.T. que viviría la vida perfecta que tanto vos como yo no podemos fabricar. La vida que nosotros necesitamos para estar delante de el JUSTO DIOS. En El DIOS nos otorga gratuitamente el perdón y la justicia para reconciliarnos con el.

    Saludos y espero puedas oir.. "El que tiene oídos para oír, oiga." Mt. 13.9

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  5. 1- Dependencia al texto bíblico y las presuposiciones. No existe problema alguno con esto ya que no es posible argumentar algo sin someter ciertos elementos bajo análisis. Estos elementos te gusten o no son los que el autor admite como verdaderos. El no está pretendiendo justificar (a lo menos en este capitulo) el uso de los mismos ya que no es el tema en cuestión. Está claro que se trata de hablar sobre Jesús mediante los documentos que acreditan información sobre El (en este caso el NT) porque al descartar las escrituras no es posible hablar sobre El ya que es parte de su contenido. jaja sé que el mensaje anterior sugerí que no iba a leer lo que escribiste pero por lo visto no pude evitar hablar al respecto. Cuando pueda seguiré objetando sobre lo dicho en los demás puntos. Saludos..

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  6. con respecto al punto 1, los evagelios historicamente se datan a finales del primer siglo, por ejemplo el evangelio de Lucas se escribio alrededor del año 50 0 60, eso es muy poco tiempo para que de la nada se generara una leyenda o mito (la muerte de jesus fue en torno al año 30, por lo tanto solo hay 20 o 30 años de diferencia en ese escrito)

    Con respecto a las contradicciones que tiene, un mito casi nunca tiene errores y solo se escriben 1 o 2 relatos con pequeñas diferencias sobre ello, pero en cambio contamos con cuatro evangelios (sin contar los apocrifos)! que parecen mas relatos de testigos oculares sobre >>algo<< que ocurrio

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